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🌿 Renacer en la esperanza: el legado vivo del Papa Francisco

La reciente Pascua estuvo marcada por una pérdida que estremeció profundamente a la Iglesia y al mundo: la partida del Papa Francisco. En medio del dolor, su último mensaje resuena como una guía luminosa en tiempos de crisis:


“Renovemos nuestra esperanza y nuestra confianza en los demás, incluso en quienes son diferentes a nosotros o vienen de tierras lejanas, trayendo costumbres, formas de vida e ideas desconocidas, porque todos somos hijos de Dios.”



Sumo Pontífice desde el 2013 al 2025
Sumo Pontífice desde el 2013 al 2025

Estas palabras no solo resumen el corazón de su pontificado, sino que abren un horizonte para la Iglesia del presente y del mañana. Francisco fue, hasta su último aliento, un testigo de la fe vivida con coherencia, ternura y valentía.


Un papado al servicio de los últimos

El Papa Francisco no solo predicó la misericordia: la encarnó. Su cercanía con los excluidos, su compromiso con los migrantes, su defensa del medioambiente y su denuncia constante de las injusticias sociales marcaron una etapa profundamente pastoral y transformadora.

Con gestos simples y mensajes potentes, nos enseñó que la fe no puede reducirse a ritos vacíos, sino que se juega en lo cotidiano, en el cuidado del otro, especialmente del más vulnerable.


La Iglesia en Chile: seguir su ejemplo

En nuestro país, la Iglesia Católica ha buscado estar a la altura de ese llamado. Con más de 2.000 instituciones educativas y una presencia destacada en espacios de formación superior, ha contribuido activamente en la promoción de valores cristianos y la construcción de una sociedad más justa e inclusiva.

Nuestra propia comunidad, las Siervas de San José (SSJ), ha puesto este espíritu en práctica a través de proyectos que buscan disminuir brechas sociales y fortalecer el rol de las mujeres, especialmente aquellas provenientes de contextos vulnerables. Espacios de formación, redes de acompañamiento y oportunidades laborales han permitido que muchas puedan crecer, conectarse entre sí y aportar desde su realidad al tejido social.


Las mujeres, protagonistas de la renovación

Hoy, más que nunca, reconocemos que las mujeres son fundamentales para el futuro de la Iglesia. No como colaboradoras silenciosas, sino como líderes, pensadoras, animadoras y cuidadoras de la vida comunitaria.

El Papa Francisco dio pasos firmes hacia una mayor participación femenina en la vida eclesial, abriendo espacios y reconociendo públicamente que la Iglesia necesita una “presencia femenina más incisiva”. Es una herencia que debemos custodiar, profundizar y seguir ampliando.


Una fe que no teme al cambio

La Iglesia está llamada a abrazar el proceso sinodal que ya se ha iniciado: caminar juntas y juntos, escuchar de verdad, discernir comunitariamente. El diálogo interreligioso, la justicia social y la inclusión no son desafíos externos, sino parte de la misión del Evangelio.

Como religiosas y laicas Siervas de San José, sentimos con fuerza el llamado a ser portadoras de esperanza. En cada gesto de acompañamiento, en cada proyecto comunitario, en cada espacio de oración y compromiso, buscamos reflejar ese amor concreto que Jesús nos enseñó.


Un legado que nos impulsa

La muerte del Papa Francisco no es un cierre, sino un impulso. Su legado es una brújula en tiempos de incertidumbre. Nos recuerda que la Iglesia no es un lugar estático, sino un cuerpo vivo, en camino, en constante búsqueda.

Que su memoria nos inspire a seguir construyendo una Iglesia más justa, humana, fraterna y luminosa.Una Iglesia donde el otro no sea un extraño, sino un hermano.Una Iglesia donde las mujeres no sean una excepción, sino protagonistas.Una Iglesia donde la fe no sea refugio, sino fuerza para transformar el mundo.




📌 Fundación Dracma — Un proyecto liderado por mujeres de fe católica, al servicio de la vida, la justicia y la esperanza.

 
 
 

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