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La banalización de la muerte

Actualizado: 1 oct


La eutanasia no solo preocupa a la Iglesia porque contradice su visión teológica. La amenaza concreta es cultural y social: el sufrimiento se convertirá en un problema a eliminar, lo que limita la posibilidad del acompañamiento compasivo y la experiencia de completitud con el ciclo de la vida.


Aquí la crítica de la Iglesia se vuelve no solo legítima, sino necesaria: la dignidad de morir bien, es también sostén ante la pérdida de sentido de la vida, perdón y refugio por lo vivido.



Redes de acompañamiento
Redes de acompañamiento


La autocrítica pendiente: ¿qué hemos ofrecido como Iglesia?

El acompañamiento real a enfermos terminales y a sus familias ha sido insuficiente. El acceso a cuidados paliativos en Chile sigue siendo limitado, y muchas veces el discurso eclesial se ha percibido como moralista antes que compasivo.


📍 Datos a considerar: El 70% de la ciudadanía chilena, se encuentra a favor de la ley de eutanasia, concentrándose en la zona central, donde hay mayor acceso a innovación y pluralidad de experiencias. En regiones, la posición es distinta, la influencia de la iglesia es mayor, como lo es también la vigencia de tradiciones indígenas que tienen una cosmovisión diferente sobre la muerte.


Primera acción: apoyar políticas de salud pública que aseguren el acceso universal a cuidados paliativos, creación de redes comunitarias de acompañamiento y, sobre todo, mostrar que el sufrimiento nunca se enfrenta en soledad.

 

 

Una mirada al futuro: laboratorio ético

La aprobación de la eutanasia no será el último tema en disputa. Chile se encamina hacia debates cada vez más complejos: suicidio asistido, reproducción asistida, manipulación genética, inteligencia artificial aplicada a la salud. Cada uno de estos desafíos pondrá a prueba la capacidad de la Iglesia de dialogar, desde una posición firme y abierta.


📎 Ante este laboratorio ético global las categorías clásicas de la moral se verán interpeladas. Si la Iglesia se mantiene en una posición de mera resistencia, corre el riesgo de volverse irrelevante en un debate que marcará las próximas décadas.


El no perpetuo podría generar una incapacidad de influir en la toma de decisiones de contingencia. Las leyes modifican la cultura institucional de un país, por lo que obligará a todo el ecosistema católico a transformarse. Será necesario participar desde una escucha activa.


Segunda acción: cómo ser una voz crítica y lúcida que logre abrir horizontes éticos ante las nuevas problemáticas sociales. Existe la oportunidad de volver a situar en el centro preguntas fundamentales sobre qué significa vivir y morir humanamente.

 


Una Iglesia en clave de las nuevas generaciones

No se trata de claudicar en los principios, sino de redescubrir cómo se anuncian dentro de un país que en las últimas décadas se ha encontrado en crisis con las instituciones, principalmente aquellas que soportan la probidad, la transparencia y la tradición.


Tercera acción: integrar valores fundamentales a las necesidades del mundo, sin perder identidad.






📌 ¿y tú, como defines tu experiencia de vida? ¿Consideras que la aceptación de la muerte es una cosa de actitud o de largo proceso espiritual? Te leemos en @fundaciondracma. Tu opinión podría modificar como vemos el mundo.

 
 
 

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