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El rol actual de la mujer en la sociedad y en la Iglesia: un futuro con esperanza


La reciente muerte del Papa Francisco nos invita a detenernos, a reflexionar sobre los cambios que su pontificado inspiró y sobre los caminos que aún nos toca construir. En la misa de despedida organizada por el Vicariato Apostólico de Aysén, en Chile, Margarita Estévez Ramos, fundadora de Fundación Dracma, ofreció un sentido discurso en el que recogió y profundizó una de las grandes preocupaciones de Francisco: el reconocimiento y la promoción del rol de la mujer en la Iglesia y en la sociedad actual.



Las Iglesias del mundo realizaron misas de despedida al Papa Francisco
Las Iglesias del mundo realizaron misas de despedida al Papa Francisco


A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco fue claro y valiente en sus palabras:

"La Iglesia reconoce el sabio aporte de la mujer en la sociedad por su sensibilidad, intuición y capacidades peculiares" (Francisco, Evangelii Gaudium, 2013).

Más aún, no dudó en señalar que

"la mujer en la Iglesia es más importante que los obispos y los sacerdotes" (Entrevista en Il Messaggero, 2014),reconociendo una dignidad y un liderazgo que históricamente habían sido invisibilizados en muchas estructuras eclesiales.

En su intervención, Margarita Estévez Ramos recordó cómo Francisco impulsó cambios significativos en la arquitectura institucional del Vaticano, abriendo cargos de liderazgo que, por siglos, estuvieron reservados solo a hombres.


Estos gestos no fueron, como él mismo enfatizó, un intento de modernizarse ante las nuevas normas sociales, sino una respuesta profunda al reconocimiento de las capacidades y del aporte insustituible de las mujeres en todos los ámbitos de la vida eclesial y social.


Hoy, gracias a estos cambios, la presencia de mujeres en espacios de toma de decisiones en la Iglesia comienza a normalizarse. Se abren brechas en estructuras históricamente masculinas, y con ello, nuevos modos de diálogo, de discernimiento y de construcción comunitaria.


Margarita Estévez, nuestra fundadora, destacó en su discurso que estas transformaciones no solo miran hacia el interior de la Iglesia, sino que reflejan un movimiento más amplio: el anhelo de una sociedad donde mujeres y hombres puedan desarrollarse en igualdad de condiciones.


Como institución que tiene como misión la visibilización e impulso de mujeres en diversos espacios de trabajo, queremos subrayar con firmeza que esta tarea comienza con la educación de niñas y niños, enseñándoles desde temprana edad que los talentos, la capacidad de liderazgo y la sensibilidad son dones humanos, no asignados por género.


Los desafíos persisten. Aún existen resistencias culturales, institucionales y sociales que dificultan la plena participación de las mujeres, especialmente en ámbitos de decisión. Sin embargo, como bien recordó Francisco en varios momentos de su vida, "transformar las estructuras no es cuestión de velocidad, sino de profundidad".


Abrazamos esa esperanza transmitida por el recientemente fallecido Sumo Pontífice. Una esperanza activa, que no se conforma con pequeños gestos simbólicos, sino que apuesta por una transformación real, que construya una Iglesia y una sociedad donde el liderazgo femenino no sea excepción, sino parte natural de la vida comunitaria.


La muerte del Papa Francisco nos deja un legado: creer en el poder transformador de la sensibilidad, en la fuerza del diálogo y en la importancia de caminar juntos —hombres y mujeres— hacia un futuro más justo, más humano y más integrado.





📌 A través de estos artículos seguimos el proceso actual de la Iglesia Católica, cimiento de nuestro espíritu y visión.

 
 
 

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