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Opinión, pensamiento crítico, para quienes creen con fe en
el cambio


Chile ha avanzado en cobertura y acceso a la educación, pero no ha logrado resolver lo esencial: cómo se aprende y para qué se educa. Pese a las reformas y evaluaciones estandarizadas, las brechas estructurales persisten y los indicadores de calidad se mantienen por debajo del promedio de la OCDE. ¿Qué nos falta? Una transformación profunda que incorpore los hallazgos de la neurociencia, la psicología y la experiencia internacional para diseñar un modelo educativo realmente humano, eficaz y justo.


La Ley de Educación Primaria Obligatoria, promulgada en 1920, aseguró solo cuatro años de escolaridad para niñas y niños en Chile
La Ley de Educación Primaria Obligatoria, promulgada en 1920, aseguró solo cuatro años de escolaridad para niñas y niños en Chile

La neurocientífica Nazareth Castellanos ha sido clara: “Un cerebro estresado no aprende, solo sobrevive”. Sin embargo, nuestras escuelas siguen funcionando bajo esquemas rígidos, presionados por el rendimiento y desconectados del bienestar emocional. El sistema castiga el error, valora la repetición mecánica y mide el aprendizaje solo en función de resultados cognitivos, ignorando que el conocimiento se construye con cuerpo, mente, emociones y el espíritu. Una integración esencial que cambia de manera transversal el paradigma educativo.


La psiquiatra Marian Rojas Estapé, por su parte, plantea que “El modo en que nos vinculamos con los demás está relacionado con cómo nos cuidaron”. Los niños, en sus primeros años de vida, aprenden observando a sus figuras de cuidado. Por ello, es fundamental que los padres trabajen en su capacidad de autorregulación emocional. Esto nos plantea que el aprendizaje es un proceso que involucra a toda la familia.


Chile aún funciona bajo un paradigma industrial de educación: homogéneo, fragmentado, jerárquico. Y aunque ha habido avances —como la Ley de Inclusión o los programas de formación socioemocional— estos no han sido suficientes ni sistemáticos. Aún falta incorporar seriamente la evidencia científica en el diseño curricular, en la formación inicial docente, y en la organización de los tiempos y espacios escolares.


💬 Es hora de preguntarnos: ¿Y si la evaluación dejara de centrarse en la memorización y premiara el proceso, el error constructivo y la reflexión? ¿Y si los colegios dejaran de ser centros de control conductual para convertirse en verdaderos entornos de desarrollo del ser humano?


🌱 La respuesta no es simple, pero la dirección es clara. Chile necesita dejar de mirar la educación como un problema técnico y empezar a entenderla como un proyecto cultural. No se trata solo de contenidos, sino de sentido. De qué tipo de seres humanos queremos formar.

 



 

📌 Cada año Fundación Dracma produce un Congreso de Educación Integrativa, basado en evidencia e innovación sobre neuropsicoeducación, con expositoras y expositores de nivel mundial. ¡Sé parte de nuestro encuentro online celebrado este 2 y 3 de octubre! Puedes unirte particularmente o a través de tu institución educativa.


Inscripciones e información: contacto@fundaciondracma.org

 
 
 

La elección de León XIV como nuevo Papa ha generado diversas reacciones en la comunidad católica y en la sociedad en general. Mientras algunos celebran su compromiso con los pobres y su enfoque pastoral, otros expresan preocupaciones sobre su postura respecto al rol de la mujer en la Iglesia y otros temas contemporáneos.



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Un Pontífice con Raíces en América

Robert Francis Prevost, ahora León XIV, es el primer Papa estadounidense y también posee nacionalidad peruana. Su experiencia en América Latina, especialmente en Perú, ha influido en su visión pastoral y su compromiso con las comunidades marginadas. En su primer discurso, expresó:


“Juntos tenemos que ser una Iglesia que construya puentes”.

Esta declaración refleja su intención de continuar el legado de inclusión y diálogo promovido por su predecesor, el Papa Francisco.

 


El Rol de la Mujer en la Iglesia: ¿Avances o pausa?

Uno de los temas más debatidos es la posición de León XIV respecto al papel de la mujer en la Iglesia. El nuevo pontífice ha expresado que la ordenación de mujeres no resolvería los problemas de la Iglesia y que podría generar nuevos desafíos. La percepción dentro de la comunidad católica que aboga por la integración de las mujeres en los espacios de liderazgo genera tensión respecto a los avances que existieron con el Papa Francisco.


Organizaciones y comunidades afines a nuestra institución que promueven la participación activa de las mujeres en roles de liderazgo eclesial, ven en esta posición una posibilidad de estancamiento para avanzar hacia una Iglesia más inclusiva. Sin embargo, el liderazgo de León XIV promete continuidad, aunque sin sobresaltos.

 


Una Iglesia que necesita transformación

El nuevo pontificado de León XIV se presenta en un momento de grandes desafíos para la Iglesia Católica: polémicas, crisis de fe en distintas regiones del mundo y la urgencia de adaptarse a un mundo en constante cambio, que permita que la Iglesia continue siendo un referente para la sociedad.



Desde Fundación Dracma, reafirmamos nuestro compromiso con la educación, la equidad de género y la promoción de la participación activa de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad y la Iglesia. Esperamos que el nuevo pontificado de León XIV, quien es considerado un hombre profundamente espiritual, con sensibilidad misionera y defensor de un episcopado que esté cerca del pueblo de Dios, sea una oportunidad para avanzar hacia una Iglesia más inclusiva, dialogante y comprometida con los desafíos del mundo actual.

 

 
 
 

La reciente muerte del Papa Francisco nos invita a detenernos, a reflexionar sobre los cambios que su pontificado inspiró y sobre los caminos que aún nos toca construir. En la misa de despedida organizada por el Vicariato Apostólico de Aysén, en Chile, Margarita Estévez Ramos, fundadora de Fundación Dracma, ofreció un sentido discurso en el que recogió y profundizó una de las grandes preocupaciones de Francisco: el reconocimiento y la promoción del rol de la mujer en la Iglesia y en la sociedad actual.



Las Iglesias del mundo realizaron misas de despedida al Papa Francisco
Las Iglesias del mundo realizaron misas de despedida al Papa Francisco


A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco fue claro y valiente en sus palabras:

"La Iglesia reconoce el sabio aporte de la mujer en la sociedad por su sensibilidad, intuición y capacidades peculiares" (Francisco, Evangelii Gaudium, 2013).

Más aún, no dudó en señalar que

"la mujer en la Iglesia es más importante que los obispos y los sacerdotes" (Entrevista en Il Messaggero, 2014),reconociendo una dignidad y un liderazgo que históricamente habían sido invisibilizados en muchas estructuras eclesiales.

En su intervención, Margarita Estévez Ramos recordó cómo Francisco impulsó cambios significativos en la arquitectura institucional del Vaticano, abriendo cargos de liderazgo que, por siglos, estuvieron reservados solo a hombres.


Estos gestos no fueron, como él mismo enfatizó, un intento de modernizarse ante las nuevas normas sociales, sino una respuesta profunda al reconocimiento de las capacidades y del aporte insustituible de las mujeres en todos los ámbitos de la vida eclesial y social.


Hoy, gracias a estos cambios, la presencia de mujeres en espacios de toma de decisiones en la Iglesia comienza a normalizarse. Se abren brechas en estructuras históricamente masculinas, y con ello, nuevos modos de diálogo, de discernimiento y de construcción comunitaria.


Margarita Estévez, nuestra fundadora, destacó en su discurso que estas transformaciones no solo miran hacia el interior de la Iglesia, sino que reflejan un movimiento más amplio: el anhelo de una sociedad donde mujeres y hombres puedan desarrollarse en igualdad de condiciones.


Como institución que tiene como misión la visibilización e impulso de mujeres en diversos espacios de trabajo, queremos subrayar con firmeza que esta tarea comienza con la educación de niñas y niños, enseñándoles desde temprana edad que los talentos, la capacidad de liderazgo y la sensibilidad son dones humanos, no asignados por género.


Los desafíos persisten. Aún existen resistencias culturales, institucionales y sociales que dificultan la plena participación de las mujeres, especialmente en ámbitos de decisión. Sin embargo, como bien recordó Francisco en varios momentos de su vida, "transformar las estructuras no es cuestión de velocidad, sino de profundidad".


Abrazamos esa esperanza transmitida por el recientemente fallecido Sumo Pontífice. Una esperanza activa, que no se conforma con pequeños gestos simbólicos, sino que apuesta por una transformación real, que construya una Iglesia y una sociedad donde el liderazgo femenino no sea excepción, sino parte natural de la vida comunitaria.


La muerte del Papa Francisco nos deja un legado: creer en el poder transformador de la sensibilidad, en la fuerza del diálogo y en la importancia de caminar juntos —hombres y mujeres— hacia un futuro más justo, más humano y más integrado.





📌 A través de estos artículos seguimos el proceso actual de la Iglesia Católica, cimiento de nuestro espíritu y visión.

 
 
 

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